Las rabietas o los berrinches son comportamientos muy desagradables para los padres, donde los niños gritan, lloran, dan patadas y se tiran al suelo para llamar principalmente la atención ya sea porque tiene hambre, sueño o se sienten incómodos.
Esto está muy asociado a la frustración que siente el niño de no poder expresar con palabras lo que realmente está sintiendo, produciendo una inmensa frustración en ellos.
En ciertas ocasiones o situaciones, el niño también utiliza los berrinches o rabietas para controlar o manipular a los padres o cualquier adulto, para lograr un objetivo, conseguir algo o hacer lo que ellos quieran.
Los berrinches suelen ser muy frustrante también para los padres, ya que muchas veces no saben cómo manejar la situación o controlar en sí al niño.
Las rabietas suelen ser muy comunes durante el segundo año de vida. En esta etapa, el niño se encuentra adquiriendo el lenguaje, incluso herramientas y medios para lograr expresarse. Los niños pequeños, aunque no puedan expresarse oralmente de manera correcta, no significa que ellos no entiendan, de hecho, los niños pequeños entienden más de lo que pueden expresar. Es por esta razón, principalmente que ocurren los berrinches. Sin embargo, tienden a disminuir a medida que van adquiero el lenguaje.
Además de estar adquiriendo el lenguaje, a partir de los dos años de edad, los niños también se enfrentan en la necesidad de autonomía, es decir de ser más independientes, de hacer las cosas por sí solos y tener control del medio ambiente “Yo puedo hacerlo solo” “Yo lo quiero” “esto es mío”. Cuando el niño descubre que no pueden hacerlo o no pueden tener todo lo que él quieren, es cuando comienza el “show” y dan inicio a estas conductas no deseadas.
Cuando tu hijo tiene un berrinche o rabieta
Cuando tu hijo tiene una rabieta es importante que tú como padre, madre o representante:
1. Te mantengas tranquilo y con mucha calma
2. Des respuestas pacíficas
3. Lleves a tu hijo a un lugar tranquilo y seguro para reducir el estrés
4. Evita gritar o golpeara tu hijo
5. Evita sobornar o amenazar a tu hijo
6. Trata de distraer la atención de tu hijo (a otra actividad o haciendo caras divertidas)
7. Asegúrate de que tu hijo no se sienta ignorado, no esté cansado o tenga hambre
8. Si tu hijo no está haciendo el berrinche por alguna necesidad básica, ignóralo. No hables ni reacciones hasta que el comportamiento se detenga
Cómo prevenir los berrinches y las rabietas
1. Asegúrate de que tu hijo esté comiendo bien
2. Asegúrate de que tu hijo esté durmiendo bien
3. Asegúrate de que tu hijo esté recibiendo suficiente atención y no esté ignorado
3. Ofrécele a tu hijo momentos de descanso y tranquilidad de aproximadamente 15 a 20 minutos
4. Utiliza un tono de voz animado para pedir algo a tu hijo, de manera de invitarlo y que no suene tanto a una orden y una obligación
5. No pelees con tu hijo por cosas que no tienen importancia
6. Ofrécele a tus hijos opciones, no impongas las cosas (para vestirse, para comer, qué cuento quiere leer o qué película quiere ver)
7. Permítele a tu hijo ser independiente, él o ella te lo está pidiendo, siempre bajo tu supervisión, pero dale su espacio.
8. No ofrezcas opciones que no existen o cosas que luego no vas a cumplir
9. Planifica momentos donde puedas compartir con tu hijo, escuchándolo y dedicándole tiempo de calidad
10. Ofrécele a tus hijos actividades y juguetes para su edad, para evitar las frustraciones, a medida que vaya avanzando puedes írselos cambiando
11. Conoce los límites de tu hijo, que le gusta y que no le gusta, cuando está o no cansado, para evitar planificar actividades o hacer diligencias cuando el niño no está capacitado
12. Si tu hijo repite una conducta prohibida o su seguridad está en peligro, acércate a él, háblale, explícale y usa como estrategia “tiempo- fuera” para pensar como: la silla aburrida o incluso su cuarto para pensar por unos cuantos minutos, manteniéndote firme.
Estrategias para manejar las rabietas o los berrinches
2. Mantén un ambiente tranquilo
3. No compliques el problema con tu frustración
4. Respire profundo
5. Piense con claridad
6. No golpees ni le grites a tu hijo, el castigo físico puede reforzar las conductas negativas
7. Entiende lo que está pasando, para manejar la situación, dependiendo de lo que esté sucediendo
8. Continúa con tus actividades si el berrinche o las rabietas no presenten ningún tipo de peligro para el niño
9. Evita dejar solo a tu hijo
10. No permitas que tu hijo se salga con la suya, ya que el sabrá que cada vez que el haga un berrinche, recibirá lo que él quiere
11. Envía a tu hijo a pensar sobre lo sucedido incluso puedes advertirle estés donde estés que, hasta que se calme o recupere el control, no se va a levantar de donde está. Esto le permitirá al niño tomar acción.
Estas estrategias las podrás aplicar con tus hijos cuando haya momentos de berrinches, pataletas o rabietas, y así controlar la situación. Estas conductas son normales, lo importante es que tú como adultos no pierdas el control de la situación porque empeorarán. Utiliza las rabietas como un medio de aprendizaje ¿ a qué me refiero con esto? A que si tu hijo tiene alguna de estas conductas no deseadas, aprovecharlas de manera positiva, para que su hijo vaya aprendiendo a controlar estas situaciones, sus emociones y consiga un medio o una forma de expresar lo que quiera o necesite, sin acudir a estas conductas desagradables.
Cuando debes consultar al médico
1. Si las rabietas o los berrinches continúan y se intensifican
2. Si estas conductas te producen sentimientos negativos hacia tu hijo
3. Si tu hijo se hace daño o hace daño a los demás
4. Si no logras ser firme y cedes todo el tiempo, permitiéndole a tu hijo salirse con la suya
5. Si tu hijo al momento de las rabietas es destructivo e impulsivo
6. Si tu hijo demuestra trastornos del estado de ánimo, como lo es: la negatividad, la baja autoestima y la dependencia absoluta
7. Si tu hijo durante las rabietas o los berrinches se desmaya
8. Si tu hijo tiene pesadillas, dolores de cabezas, dolor de estómago, ansiedad, no tiene ganas de comer o se aferra a ti.
Como verás, el temperamento de los niños varía drásticamente. Hay niños que no suelen hacer rabietas o berrinches, pero otros sí. Esto no significa que algo malo anda en tu hijo, simplemente debemos orientar y propiciarle estrategias, para que logre controlar sus emociones, sepa expresarse y logre salir de las situaciones negativas o de la frustración de manera positiva, sin perder el control.
De igual manera tu como padre, debes estar tranquilo, y debes respirar muy profundo para no perder el control y así poder pensar con claridad y controlar la situación. Los berrinches o las rabietas no son por lo general un motivo de preocupación, pero si son conductas desagradables, que muchos no quisieran que ocurrieran.
A medida de que los niños maduran su desarrollo y su comprensión de sí mismos, los niveles de frustración irán disminuyendo lo cual lleva a la disminución de las rabietas y de los berrinches y esto significa, más padres felices.
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